Lo primero era mantener los arboles que ya existen en la finca, situando la casa entre ellos para beneficiándonos del microclima que crean dichos árboles.
Para protegerse del inmisericorde sol de verano se plantea colocar un vuelo con un parasol de madera que recorra toda la fachada sur. Dicho parasol no debía ser macizo para permitir la circulación del aire y que no se acumulara el calor en su cara inferior. Pero, ¿ qué dimensión será necesaria para que proteja de verdad los ventanales de la fachada sur?. Aunque el sol está más bajo en invierno ¿permitirá que entre el sol en invierno al interior de los espacios?. Es muy importante hacer compatible la protección de los rayos solares en verano con la aportación de calor en invierno.
Estudiando el recorrido del sol a lo largo del año, hemos podido decidir el vuelo que necesitábamos para hacer compatible su uso en verano e invierno. En el video anterior se puede observar el soleamiento real de la vivienda en los meses de diciembre, marzo y junio, entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde. Así pudimos comprobar que con un vuelo de 160cm en verano protegía de los rayos salares y en invierno el sol podía entrar dentro de las habitaciones.